jeudi, octobre 20, 2005

premio a la visita 1000

Queridos lectores:
No sé si habeis notado en mi contador (esa cosita negra que está a la derecha, debajo del índice de posts) que se acerca la visita 1000. Os voy a poner una tarea. Ahora habeis entrado en mi blog. Mirad el contador. Si eres la visita 1000 te dedicaré un post. Pero no vale hacer trampas. No entres dos veces seguidas. ¡Qué emoción! Si eres un desconocido también vale. Así que ya sabes, si eres la visita 1000, dejame un comment o mándame un mail donde pone "Escribeme". También dedicaré un post al que más comentarios me haya dejado. El recuento será en Navidades. Yo prometo escribir mucho, tú promete dejarme unas palabritas.

nevera y curriculums

Esta mañana nos hemos despertado con el dulce sonido de una botella explotando en nuestra nevera. Pero no es la primera, no.
Ya estalló una ayer y nos pasamos toda la mañana descongelando el frigorífico. Os recomiendo esta tarea, muy amena.

Vacias la nevera, la mitad de las cosas las tiras y la otra mitad las dejas donde puedas. Esperas a que se derrita todo el hielo y luego te pones a limpiarla por dentro, descubriendo que esta asquerosa. A Pepe se le ha ocurrido poner al lado el calefactor, y a la vez enchufar con mi secador. El efecto es sorprendente. En menos de una hora el frigorífico estaba seco. Esto es lo que hicimos la mañana de ayer, en vez de ir a echar currículims y buscarnos la vida, ya que pensamos que si no lo hacíamos igual explotaba otra cosa peor (un bote de tomate o de zumo o una cerveza...)

Esta mañana, como ya he avanzado, ha vuelto a pasar. Ha explotado la otra botella de agua. Nos ha sorprendido porque ya no hay hielo y la temperatura está al mínimo. Estaba practicamente todo congelado; el queso, la leche, los yogures... hasta un huevo.

Además de todo esto la nevera hace un ruido insoportable, que no te deja escuchar bien la tele, o concentrarte o peor aún, dormirte. Por todas estas razones hemos decidido ir a ver a Bertrand, nuestro querido "agente inmobiliario". Hemos llegado y, sorprendentemente, estaba en la oficina. Algo atónito, ya que está una de cada 10 veces que vamos a verle.
La siguiente sorpresa después de contarle nuestro "petit problem avec le frigo" es que nos ha dicho que compremos otro, que este está muerto, y que el propietario, que es su primo, nos lo descontará del mes que viene.
Podemos gastarnos hasta 200 euros. Qué divertido, porque nunca hemos comprado un electrodomestico.
Vamos a compar uno español, Fagor, para dejar nuestro sello en la casa.

El resto del dia lo hemos pasado dejando curriculums, aunque no con mucha suerte. En la mitad de los sitios no nos han dejado entrar, otros habian cambiado de direccion...en total hemos dejado 2 curriculums cada uno. Así que hemos decidido mandar algunos por correo. Mañana nos vamos a planificar la semana que viene para hacerlo "Mejor y más rápido", como los de seur. Ya os iremos contando.

batalla final

Pepe se ha comprado un móvil nuevo de esos con tapita que hacen fotos. Yo me he copiado. Pero el suyo es de una compañía que es muy barata, pero que no tiene cobertura en ciertos sitios, como por ejemplo nuestra casa. Pues bien. El otro día, mientras veíamos el capítulo final de una serie (six feet under) recibió una llamada y tuvo que salir a hablar fuera de casa. No sé si alguna vez habeis estado enganchados a una serie, pero el capítulo final de una temporada suele ser cruzial.

En este caso, a los personajes de nuestra serie no le podía ir nada peor: al hermano gay le quitan la custodia de la sobrina de su novio, a la madre viuda le medio deja el novio ruso, la hija se pone a llorar en una entrevista para entrar en la universidad de sus sueños... y al hermano mayor le ingresan en un quirófano para operarle de un tumor cerebral, vamos, operación a vida o muerte, un día después de romper con su novia, con la que se iba a casar. Culebrón. Es el típico capítulo de comerte las uñas y además sabiendo que te vas a quedar con la intriga hasta que salga la siguiente temporada o te gastes 70 euros en ella, que es nuestro caso...

Pues estabamos en estas cuando Pepe sale a hablar. Pausamos la serie y yo aprovecho para darle un par de vueltas a la olla, porque estaba haciéndose la comida. Si si, ya cocinamos y además no sabeis que bien. Hacemos hasta guisos. Me pongo mi delantal flamenco (con lunares y volantes, muy español, regalo de mi abuela) y con la cuchara de madera en la mano me acerco a la puerta para llamar a Pepe. En ese momento entra una inesperada visita por la puerta....quién será? Marcelo!

Entre el stress de la serie y mi ya famoso pánico hacia los ratones no sé que hacer. Mi primera reacción es la de siempre. Meto un par de gritos y salgo de casa corriendo. Pepe me mira con cara de ¿Qué te pasa? mientras intenta continuar con su conversación. Me pongo a saltar porque me imagino que viene por detrás y se me sube por la pierna. Pasa un vecino y me ve. Y alucina un poco claro, porque ver a una flamenca con cuchara de palo y dando saltos no es muy común en nuestra comunidad. Bonjour, le digo. Ni me contesta.

Cuando Pepe termina me mira:
Pepe: ¿Pero qué te pasa?
Marta: Pepe, que ha entrado un ratón en casa y creo que era marcelo
Pepe: ¿Qué dices? Pero ¿seguro que lo has visto?
Marta; Joder, que sí que lo he visto, ha entrado andando, tan pancho además, como si fuera su casa (en parte lo es).
Pepe: Joder, mierda!

Si os digo la verdad no se si estabamos cabreados porque marcelo hubiera entrado o porque nos hubiera jodido el momento del último capítulo. Por mi cabeza sólo pasaba: ¿podremos pasar del ratón y ver la serie tranquilos? ¿Podrá un pequeño roedor conseguir fastidiarnos la tarde? No sé muy bien cual fue la razón, pero nos armamos de valor.
"Vamos a sacarlo de casa"

La batalla final comienza.
Pepe: Bueno, por donde se ha ido?
Marta: Se ha metido debajo del sillon
Pepe: Vale, pues hay que moverlo

Nos quedamos parados los 2. Nos miramos.

Marta: Muévelo tu, por favor!
Pepe: Joder Marta, eres la hostia.
Marta: Es que me da mucho asco...(doy un par de saltos)

Pepe se acerca y mueve el sillón. Yo sigo saltando. ¿Dónde está?. Lo vemos en la esquinita. El pobre estaba temblando, hecho una bolita. Me dio pena y todo. Después de la tierna imagen descartamos el asesinato. "Venga, no te matamos pero sal. Venga vete. Colabora". Se va corriendo, pero debajo del armario."Noooo! Por ahi no!!!"

Se vuelve a meter debajo del sillón. Movemos todos los muebles y ponemos el sillón apoyado en la pared. Ni rastro. Mierda, ahora no vamos a saber si se ha ido. Esto es peor que verlo. Despues de 5 minutos esperando dedicimos que tiene que estar en la esquina, detrás de la puerta. Hay un bolso y es probable que se haya escondido detrás. Esta ahí seguro.

En ese momento cojo mi cámara para retratar el momento, pero Pepe se enfada un poco y la dejo...
"Muévelo tú Marta, que yo he movido todos los muebles y tu no has hecho nada". No hay escapatoria. Ni para mi, ni para marcelo. Me acerco, levanto el bolso y sale marcelín, acojonado. Intenta trepar por la pared, desubro aliviada que no puede. Como es tan pequeñito se espachurra un poco y sale por debajo de la puerta. Por fin! y que rápido ha sido todo!

Nos sentimos muy orgullosos de haberlo echado sin tener que aplastarle con la fregona. Creemos que le hemos asustado y que no volverá. Colocamos rápidamente los muebles y volvemos a poner nuestra serie para ver el desenlace.

Desde entonces hay una nueva regla en casa. Cuando se sale a hablar por el móvil se cierra la puerta.
A veces pienso en marcelo y ya no me da tanto miedo. Le estoy cogiendo cariño, quien lo iba a decir.