jeudi, janvier 13, 2011

El misterio del jamón de york... y otros productos de lujo parisinos

En Madrid, cuando hacía la compra, y quería ahorrar un poco, había ciertos lujos de los que tenía que prescindir: la nocilla, las bolsas de plástico con cierre hermético, el gel de ducha de marca no-blanca, bollitos, patatas... en fin, esas cosas ricas que a todos nos encantan y que te llenan la cesta a rebosar.

Pero entre esos productos "de lujo" nunca estaba el jamón de york... ¿Por qué? Pues porque el jamón de york, en España, es relativamente barato. No sé cuanto cuesta, pero no creo que sea muy caro y además, en el paquete no está escrito en número de lonchas que hay dentro. En París, el jamón de york se vende así, por lonchas, como si lo fueras a contar. Y, ¿sabéis ese jamón que hay en los supermercados españoles cortado en lonchas finitas y cuyo envase contiene miles de lonchas? ¡Pues aquí no existe! Una amiga que vive también en París me contó que una vez fue a la charcutería y escuchó como la mujer de delante pedía 4 lonchas de jamón... ¿¡¿pero eso qué es?!? Echo de menos mi jamón de york a granel.



Otro gran misterio de los supermercados parisinos son los geles de ducha. En todos los supers de barrio, tipo Franprix, Monop' o ED (el Día de toda la vida) se encuentran fácilmente diferentes tipos de jabones líquidos con olores y sabores bastante curiosos (caramelo, coco, mango, frutas del bosque...), normalmente de las marcas tahiti o Palmolive.


El problema de estos geles es que los botes son minúsculos, ¡y se acaban enseguida! ¿Dónde está el bote de Sanex familiar de toda la vida? Ese que NO cuesta 3,99€? Dicen que en los supermercados grandes del extra radio los venden (¿será una leyenda urbana?) Pero en París intramuros, yo sólo lo he encontrado en una tienda... ¿adivináis cual?

lundi, mai 17, 2010

Valencia y Harinezumi

Este finde he estado en España. La nube amenazaba con dejarme en tierra pero finalmente no tuve ningún problema y Easy Jet me llevó a Madrid el miércoles como nunca antes. Mi paso por Madrid fue breve y fugaz, dos días frenéticos de médicos, citas y comidas. Un estrés! No me dio tiempo a hacer nada ni ver a mucha gente... El único momento de relax que tuve lo pasé en Primark, una tienda de ropa inglesa con precios como de broma... es que ni en el Tati uno es capaz de comprar tantas prendas por tan poco dinero. ¡Estaba desatada!


El viernes viajé en coche con mi madre y mi hermano a Valencia, donde teníamos una reunión familiar. Estuvo muy bien, además Valencia me encantó! Nunca había estado y ya me apetece volver. Me pareció una ciudad muy fotográfica, tiene un estética un poco retro. Edificios de colores fuertes, mucho verde, mucha luz... además las tiendas tienen carteles antiguos que conservan en perfecto estado. Mi madre me ha prestado una cámara que me tiene enganchada, la Digital Harinezumi, puedes leer un artículo que he escrito sobre esta cámara en Curiosite. Os dejo con algunas fotos que hice en Valencia.







mercredi, mars 24, 2010

5 cosas que echo de menos de España

Sí, sí, ya lo sé. Francia está pegada a España y aquí se encuentra prácticamente todo. En los supermercados hay lo mismo y no me he ido a vivir a Bangladesh. Aún así hay ciertas cosas que me han sido imposible encontrar. Y no hablo del gazpacho, el cola-cao o el jamón ibérico, que eso ya lo sabía antes de venir. Hablo de esos pequeños detalles que no sabes que necesitas hasta que dejas de tenerlos. He aquí 5 ejemplos ilustrados:

1.El Fairy.
Aceptémoslo, para que una jabón quite toda esa grasa pegada al fondo de la sartén, tiene que dejarte las manos como lijas. No hay aroma que le quite al Fairy ese olor a... Fairy. Pero es que es una maravilla ¡como quita la grasa! No hay jabón igual en el mundo entero.

Alternativa francesa que me he visto obligada a utilizar: un jabón marca Leader Price que no sirve para nada. Eso sí, tiene un olor a manzana tan delicioso que dan ganas de utilizarlo como gel de ducha.

2. La revista Esquire.
La descubrí tan solo unos meses antes de venir a París, una pena. Creo que es la única revista española que me resulta interesante (después de la desaparecida Ling Magazine de Vueling). Ahora que soy adicta, ya no puedo comprarla...


Alternativa francesa a la que me estoy acostumbrado: la revista que trae los sábados el periódico Le Figaro. Se llama Madame Figaro y es una revista de moda interesante. Hasta a Pepe le gusta.

3. La radio en español.
Era casi mi mejor amiga, siempre estaba ahí, contándome cosas y haciéndome compañía. Sé que la puedo escuchar por Internet, pero todos sabemos que no es lo mismo. Se acabó lo de pasearse por la casa con el transistor...

Alternativa: la radio francesa. Que es un rollo patatero, y no entiendo nada.

4. El aceite corporal.
Lo sé, es un poco raro... pero es que como tengo la piel muy seca me lo tengo que echar en la ducha todos los días. No son pijerías, de verdad, al aceite corporal en España lo compraba como la leche. Y bien barato...

Alternativa temporal: aceite de almendras delicatessen y mega pijo, comprado en Monoprix a precio de caviar. 4,50 euros el bote de cristal de 100cl. Toma ya...

5. Mi tendedero.
Uno normalito, de esos que se pliegan y se despliegan. Tecnología del futuro para los franceses.



Alternativa temporal (espero): tendedero desmontable diseñado por el demonio. Cada vez que lo pliegas se desmonta, literalmente, en 5 piezas. Tender se ha convertido en la tarea de la casa que más odio.

Habrá segunda parte, os lo aseguro. Y también cosas que me gustan de París y que no hay en Madrid!

mardi, mars 02, 2010

Nuestra casa en París

Así es, primer paso superado: ya tenemos casa. Y además es preciosa. Finalmente una agencia nos llamó y nos dijo que si nos interesaba el apartamento, era nuestro. Pero antes teníamos que hacer miles de papeleos absurdos y gestiones aburridas... así lo hicimos, y 2 semanas después de esa llamada, el viernes pasado, nos dieron las llaves.

Aunque estamos muy contentos he de reconocer que la casita me ha traído por la calle de la amargura. Me recuerda un poco a la película esa de Tom Hanks "Esta casa es una ruina", porque cada cosa que tocas o pruebas se rompe: la cerradura de la puerta no funciona bien, la instalación de la lavadora gotea, no hay pomos en las puertas, no hay lámparas en el techo, ni bombillas ni cables, la tapa del WC está rota, la escalera del edificio parece sacada de una peli de miedo... y lo peor de todo: la cocina nos la han dado vacía. Sin muebles, sin electrodomésticos y ¡sin un solo armario! Todo vacío. Ay que pesadilla... pero bueno, con una pasadita por Ikea la hemos dejado más o menos apañada para ir tirando. A pesar de todo esto ¡es nuestra casa! La tercera que tenemos y la segunda en París. Y nos encanta.

Está en el arrondisement 9, cerca de la Opera. Está bien comunicada porque tiene muchos metros cerca.


El barrio es precioso, y muy comercial con muchas tiendas pequeñas para hacer marujeos.

Este es nuestro edificio. La entrada es la puerta negra como de garaje (arriba), es un poco fea.

El patio interior al que da nuestra casa.

El pasillo, visto desde la entrada

La cocina es enorme y solo tenemos estos muebles!

El salón y las dos estantería Billy que monté ¡yo solita!

El pedazo de baño y NUESTRA lavadora

La habitación

El salón visto desde la habitación

El armario de Ikea que hemos montado, y otro igual aún sin montar

Estos armarios empotrados son ridículos. Hay una barra pero no cabe la ropa porque miden 50 cm de ancho! A no ser que seas la Barbie, claro.


Y este es el planito que he hecho con el programa de Comics que tengo en el ordenador. Es un pelín cutre, pero así os hacéis a la idea.

jeudi, février 11, 2010

Morir congelada de frío...

.... no entraba en mis planes. Hoy he sufrido las consecuencias de caminar durante horas con unas botas no-impermeables y rotas por delante. Al principio se me ha calado la parte delantera del calcetín. Más tarde el calcetín se ha empapado por completo. Y luego... luego he dejado de sentir los dedos de ambos pies y he llegado a pensar que igual los perdía.


Mientras yo sufría por mis deditos he podido contar más de 10 superwomen. Esas mujeres que, esta mañana, al levantarse, han preferido ir monas a ir calentitas y se han puesto unas bailarinas o zapatos abiertos, combinados con unas finísimas medias transparentes. Mientras las observaba, me preguntaba en qué parte del Polo Norte habrían crecido para no pasar frío a 4 grados bajo cero con semejante calzado...

Cuando mis calcetines han empezado a hacer chof chof me he metido en la primera tienda de zapatos que he visto y me he comprado unas botas con peluche por dentro. Me las he llevado puestas y a partir de ese momento todo ha cambiado. ¡De repente ya podía caminar y doblar el pie!. Hasta los calcetines se me han secado. Aunque me siento un poco culpable por la compra, he de decir que ha sido la mejor decisión que he tomado hoy.

Mis botas de peluche sintético, una gran compra

Con los pies secos, los dedos móviles y unas botas enormes en mi bolso, me he dirigido a la escuela de francés para ver si me habían dado plaza, ya que me colé en las pruebas sin un papelito que necesitaba. He mirado la lista de aceptados y ahí estaba mi nombre: Mademoiselle Reig - Niveau 4. ¡¡Bien!! Estoy en clase con Gon y con otras chicas muy majas que conocí el otro día, así que se podría decir que hoy ha sido un gran día. :)

mercredi, février 10, 2010

Bendita rutina



La rutina es como un amigo pesado: piensas que la odias, hasta que desaparece. Es muy común decir eso de "no soporto la rutina, yo prefiero que cada día sea una aventura... me encantan las pequeñas sorpresas". Creo que hasta yo lo he dicho alguna vez. Está claro que a todos nos gusta salirnos del camino de vez en cuando, pero para mí la rutina es algo imprescindible porque es sinónimo de armonía, de llevar una vida un poco ordenada.

Estos días están siendo un poco raros. Y con raros quiero decir caóticos. Tengo mil cosas que hacer, pero como como no tengo horarios me levanto y hago todo a la vez: preparo el desayuno mientras contesto a los mails, hago la colada mientras estudio francés, hago la lista de la compra mentalmente mientras hago fotos.... es divertido, pero lo cierto es que necesito recuperar mi rutina.

Así que a partir de la semana que viene mis días serán aburridamente rutinarios. Por las mañanas escribiré en DolceCity París y en Curiosite. Antes de comer intentaré hacer las visitas de las casas. Después de comer iré a clases de francés. Y por la noche veremos una peli o serie en casa. Esperemos que pueda cumplirlo, sin tendré que recurrir a estas pastillas... me han encantado.



mardi, février 09, 2010

Buscando casa con mi dossier


Buscar casa en París es bastante parecido a buscar trabajo. Cuando te dan una cita para visitar un apartamento, te citan en la puerta del edificio, donde normalmente te encuentras con tus "contrincantes". Nos citan a todos juntos, y eso ya me parece un poco incómodo. Les miras de reojo, mientras piensas que seguramente tienen más posibilidades que tú de conseguir esa casa ya que su dossier será mucho mejor que el tuyo. ¿Dossier? Si, es que hay UN dossier, un pequeño detalle que convierte la labor de buscar casa en un verdadero quebradero de cabeza.

El dossier es como tu currículum, pero en cifras. No importa donde trabajes, mientras ganes pasta. Y si además eres francés, pues mucho mejor. No por cuestiones culturales, sino porque en París siempre piden un garante francés si tu sueldo no es 3 veces mayor al precio del apartamento. El señor garante es básicamente una persona de fiar con buen sueldo (normalmente uno de tus padres) que se compromete a pagar la casa si tú dejas de hacerlo. Y esto del garante es precisamente lo que está demorando todo el proceso... porque nosotros no tenemos eso.

Pero sigamos con el señor dossier, que me tiene loca porque todo el día voy cargando con ellos (tengo una carpeta llena). Debe incluir una pila de papeles que ríete tu de cualquier trámite de la seguridad social. Que sí tus 3 últimas nóminas, que si el contrato de trabajo, una copia de tu DNI, la última declaración de la renta...

Pues bien, te presentas con tu dossier, siempre esperando que los del resto sean peores, y te viene a recoger una señorita o un señorito muy serio que te enseña la casa y te coge el dossier mientras dice "ya te llamaremos". Y no me entendáis mal, que otra cosa no, pero en Francia lo de contestarte para decirte que no lo tienen súper controlado. Por ejemplo, si buscas trabajo recibirás un bonito modelo de "lettre de refusement" (carta de rechazo) para comunicarte, de manera muy educada, que tus servicios no son imprescindibles en la empresa a la que postulas. En caso de los alquileres te llaman por teléfono y te dicen que los propietarios de la casa han preferido otro dossier que se ajustaba más a sus necesidades.

Esta semana recibiré varias llamadas de las casas que vi la semana pasada... esperemos que alguien se apiade de nosotros y nos alquile un apartamento. Jo ¡si somos muy majos!. Mi favorito es éste que vimos el sábado. Tengo bastantes esperanzas puestas en él:

Deseadnos suerte...

mardi, février 02, 2010

Por fin en París



Han pasado casi 4 años desde el último post que escribí en este blog. Entonces estaba en París y estábamos muy tristes por tener que dejar esta ciudad que tanto nos gusta. Sabíamos que en ese momento no debíamos estar allí, pero nos prometimos intentar volver por todos los medios posibles.

Nos instalamos en Madrid y pasaban los meses. Y los años. La idea de volver a París seguía en nuestras cabezas, pero no había nunca nada seguro. Y lo cierto es que en Madrid estábamos muy contentos. Encontramos una casita preciosa en el centro, Pepe se compró su moto, nos gustaba mucho el barrio, la gente.... Se podría decir que me reconcilié con Madrid. Al fin y al cabo era la primera vez que vivía en el centro y durante estos años me he enamorado de la ciudad donde nací.

Y entonces pasó. Por fin podríamos volver a París gracias al trabajo de Pepe. Pero... ¿por qué abandonar ahora una ciudad en la que estábamos tan agusto? ¿Por qué dejar a tu familia, tus amigos, tu barrio, tu trabajo... después de tantos años? ¿Tanto merece la pena esta ciudad? Son preguntas que me hago y siempre me viene a la cabeza la misma respuesta (absolutamente irracional): es un sueño que debo cumplir.

Así que aquí estamos de nuevo, en un apartamentito de Montmartre en el que viviremos hasta que encontremos una casa definitiva. Hasta mi próxima entrada os dejo con unas fotos de las vistas desde nuestra casita temporal.



samedi, janvier 30, 2010

París 2010


Café y croissants: 13 €
Una corbata: 80 €
Un par de botas de cuero: 120 €
Volver por fin a París: no tiene precio

lundi, août 28, 2006

la petite echalotte

Para ver mi nuevo blog, pincha el zapato negro