mercredi, janvier 11, 2006

pablito




Por petición expresa del titular del post he decido dedicar un capítulo a mon beau-frère (hermano guapo, que queda mejor que "cuñado") Pablo, el único que tengo.

Para quien no le conozca Pablito es como una locomotora. No para ni un minuto de moverse, de contar cosas, de reírse, de dibujar, de cocinar....de comprar! Dios mio, ¿que tiene París que saca de cada uno de nuestros visitantes su vena oculta consumista? De verdad, ¿hay tantas cosas que comprar en esta ciudad? Los de Gap nos deberían dar comisión por llevar a clientes, porque entre Pablo, Carlos, Elena, mi madre y la de Pepe van a acabar con el stock.

Para recargarse un poco más todavía (si es posible) Pablo se toma un par de cafés por la mañana y algún otro que caiga durante el día. Problemas para dormir no tiene, no, (¿verdad Carlos?) Aunque esto es de familia.
Lo primero que hizo Pablo cuando entró en casa (un 1 de enero a las 10 de la mañana, sí, sí) es observar la cocina, pero calmado, sin decir nada. Más tarde se empezó a poner un poco nervioso. Al final de la semana la cocina ya era suya. Los armarios movidos, todo reorganizado, las especias a una lado, la encimera despejada, nada que moleste al cocinero. Osea él. Para demostrarnos que esta nueva organización funcionaba mejor que la anterior nos deleitó con una cenita en casa con productos comprados en la Rue des Martyrs (gran calle). Compró unas setas cuyo nombre ahora no recuerdo y me duele bastante porque intenté quedarme con el nombre, pero yo soy más de quedarme con las caras y me acuerdo perfectamente como eran. También compró varios tipos de lechugas y de quesos, entre ellos brie de lait cru y un Saint Paulin. Nos hizo una cena muy rica en casa. (Gracias) Como con los cafés parece que no tiene bastante se toma cada noche un par de copitas antes de irse a dormir. Olé. Esto último también es de familia.




Pablo nos trajo de todo. Música, jamón y queso (mmm), vino (más mmm), tabaco. ¡¡Y REGALOS!!! Pero todo esto se hizo esperar unas horas. Y no es que Pablo no quisiera dárnoslo, sino que su maleta decidió separarse de él el primer día del año. Os explico. En el aeropuerto alguien recogió por equivocación su maleta y Pablo tuvo que quedarse con la última que salió de las cintas, una idéntica a la suya (pero sin ser la suya). Cuando llegó a casa nos explico lo ocurrido y ¡había que recuperar esa maleta! Decidimos abrirla para ver si encontrabamos una direccion, un telefono.... nada. Lo unico que había era ropa de niña, neceseres, y entre la ropa, un bañador (clave para resolver el paradero de NUESTRA MALETA).

Lo primero que dedujimos es que la familia que tenía su maleta era española, ya que toda la ropa era de Zara y en la pegatina del aeropuerto ponía el apellido: Vázquez Fernández o algo así.
Lo segundo que nos planteamos fue ¿Qué hace un bañador en una maleta llena de ropa de invierno? ¿Dónde puede un niño bañarse en una piscina durante todo el año en París? Respueta sencilla: En Disney. Como Pablo y yo habíamos trabajdo en el parque continuamos con nuestra tarea de detectives. "A ver...¿Qué hoteles tienen piscina? El Hotel New York". Pues vamos a llamar. Llamamos. No hay nadie alojado allí con ese apellido. Sería demasiado haber encontrado de esta manera tan peliculera a la famlilia, pero no fue así.

Al final los Vázquez Fernández (cuando se dieron cuenta que tenían otra maleta, que les costó lo suyo) llamaron a Pilar, que gracias a dios había puesto su nombre en la maleta, y Pilar nos llamó. No íbamos mal encaminados, porque efectivamente estaban en Disney alojados, aunque en otro hotel y hasta allí que nos fuimos a buscar maleta. Seis euros los cuarenta minutos de trayecto, Pepe, Pablo, Carlos et moi, todo por abrir la deseada maleta.

En vez de repartir los regalos debajo del árbol, como todo el mundo, lo hicimos en el RER A (tren de cercanías que une Disneylandia con el mundo real). Entre los regalos hubo un Señor Patata (Monsieur Pomme de Terre) vesito de DarthVader (con capa y espada láser). Misteriosamente estuve mirando unos días antes el precio de este individuo en una juguetería para comprármelo. Pero Pablo llegó antes. También cayó dinerito, una boina azul, productos de H2o,(GRACIAS PILAR!!!) una pulsera (GRACIAS ELENA), entre otras cosas. Unos Reyes poco corrientes.



El resto de la semana transcurrió bastante deprisa, aunque hicimos batantes cosas. Hasta nos dio tiempo a ir a patinar sobre hielo a la pista que han puesto delante del Hotel de Ville (ayuntamiento). Una pena que se me olvidara la cámara justo ese día. Tambien hicimos compras (más) cenamos en una japo, compramos cosas en una tienda japo, paseamos, tomamos cafetitos, pintamos cuadros, hablamos mucho... Pablo nos cuidó como si fuera nuestro hermano mayor. Aparte de organizarnos la cocina, nos organizó un poco la vida. Nos dió animos para seguir intentándolo, y nosotros le escuchamos, porque ¿quién mejor que él para darnos consejo sobre como sobrevivir en París?




Pablito: muchas gracias por tu compañía, por tus risas y tu buen humor, por tus comiditas, por invitarnos, por no ocupar mucho y ser organizadito. ¡Vuelve pronto!

2 commentaires:

Anonyme a dit…

POR FAVOR!! ES EL SEÑOR PATATA MEJOR QUE HE VISTO EN MI VIDA!! QUE BUENO!! QUE RISA!!, YO QUIERO OTRO!!.
BESOOOOOOSSSSSSSSS

BEA BATIDORA

Anonyme a dit…

POR CIERTO... VA A VER VISITA 2000??

BEA BATIDORA